Monday, January 03, 2011

UNA INTERMINABLE HILERA DE CORDEROS (fragmento)


En gajos de neblina se diluyen sus hocicos.

Como un sello de belladona, un escarabajo de jade,
cae sobre mis párpados el trebol de su aliento.

No más claustros azules.


En los labios de la noche
hay peldaños de atropina,
hay trapecios letárgicos,
ojivas con vientos favorables,
pájaros de dulce travesía sobre abismos afiebrados.


Prisioneros en las praderas de los grandes telescopios,
fieles a mi astronomía permanecen mis corderos.


Aún lejanos
lamen las islas de mis hombros,
sus diminutas pezuñas pulsan en mi cuello.

En el lento redondel de las agujas,
giran giran con mansedumbre sus improntas.

Hay un viento de ínsulas orbitando interminable,
una niebla de revelaciones, un espeso vaho de validos,
una gota de oro desbordándose.

Me arrastran, me apuran,
sin pasporte de retorno entro al lienzo feliz de otro rebaño,
mordiendo al fin la comisura de una historia inconfesable.

3 comments:

Víctor Manuel Guzmán V. said...

Versión fantástica de una poeta con visiones y experiencias que llegan a plasmar los deseos de la imaginación.

Víctor Manuel

amelia arellano said...

Que hermoso poema , nos invita a traladarnos a lugares desconocidos. Bellas imágenes.
amelia arellano

José Valle Valdés said...

De excelencia, amiga, qué forma de decir. Beso