¿ Qué altura tocará el árbol que me corresponde?
¿ Hasta dónde su verdecido guante?
¿ En qué lugar sus raíces tejiendo el andamiaje?
Yo distancia y lejanía, tanto trasiego en la memoria.
Desconocido enamorado sin haber oído tu pulso verde,
El latido viajándote de hoja en hoja.
Este último verano pudo haberme besado tu sombra,
Y yo indiferente, uno se sustrae en risas,
Que estallan compitiendo con los soles.
¿Eras tú aquel donde apoyé mi espalda,
Y no sentí tu abrazo reconociéndome?
Yo tan distraída por el mundo.
Árbol mío te amo,
Por la tremenda locura de elegirme. Te soltarán raíces,
Y quizás sea el tiempo satisfecho de la fruta,
O hubiese nacido en las yemas el pétalo milagro.
Amado, el sol derramará su leche en el sitio de tu sombra.
Perderás los brazos, viajarás a las manos que te abrirán el pecho.
Ciega vendré a tu encuentro, ciego vendrás a recibirme.
Que caro destino verdeamor, no haberte divisado en la pupila verbo,
Haber mordido tu semilla, palpado una arista de tu follaje,
Y saberte mío entonces nombrándote bajito.
Seremos silencio cayendo en la tierra,
Entrecruzando raíces y tobillos, confundiéndonos en otro siglo.
Luego el largo dedo del sol nos señalará una primavera,
Y ya nunca más ajenos treparemos en el bosque,
Hechos en la justa medida para amarnos infinitos.
3 comments:
Poeta
atrapas
seduces
con tus letras de seda
con tus sonidos de bronce
con tu verdes manantiales
cuajados en las mieles del palto.
Gracias por este regalo
Me ha resultado de muy buen gusto, amiga. Beso
BELLO POEMA !!!
BELLAS IMÂGENES LITERARIAS!!!
QUE SÎMBOLO DE LA NATURALEZA MAS HUMANO Y SEDUCTOR QUE ESCOGISTE PARA TU POESÎA.
FELICITACIÔN WILMA.
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