(Del Libro inédito "EL último Navegante")
Los usurpadores de señales,
Los falsificadores de cartografías,
Los propagadores de la mentira,
Ya no pueden negarnos ¡Nos hemos encontrado!
Pese a la extensa noche,
Pese a los caminos renegados,
A la rabia forastera,
A la insensatez del aborrecimiento.
Contra todo nos hemos reinventado.
Mi estandarte luce sus iniciales.
Cabalgo a su vera,
Sobre mi muslo lío su tabaco,
Mi linfa, mi saliva, mi sangre lo contienen.
Él es lúcida estrella,
Gira en mi corazón aspas de alegría.
Tensa hacia mí las bridas y sonríe en secreto;
Me proclama “Generala de la Cruz del Sur” y me lo creo.
Cae la nieve en Santa Bárbara,
Quilaco,
Rucahue,
Naufragan los Dioses del Canelo,
Se ahogan las Santísimas Araucarias ,
Anochece para siempre sobre el Alto Bio Bío.
Aún así, deben saber los tergiversadores de la historia,
Que se encontró nuestro aroma y la espuma,
Que aún frente a la extensa noche, seguimos juntos.
Juntos, aunque el olvido disperse su tacto umbrío,
Y esparza sobre la muerte sus más tristes pavesas.
6 comments:
Estupendo, amiga. Beso
Dispersos como los lirios del campo,
que unen su aroma y belleza en una nube multicolor de energía y para esta maravilla "no hay cerrojo que pueda detener la fuerza que da la coherencia en la alianza".
bellisimo poema.
Saludos wilma. Este poema tiene una fuerza de amor a cada letra esparcida entre lo terrestre y lo divino, es decir posee magia, que es uel puente entre lo visible e invisible para cristalizar en sentimientos profundos que llegan al centro de nuestro ser para dispersarse en luz que nos devora.
Víctor Manuel
Estupendo, Vilma.
Me congratulo de haberte enlazado a mi blog para saber cuándo publicas algo nuevo.
Todos mis parabienes en estas fechas para ti y los que amas.
Con sinceridad y admiración, desde Quilicura, un rinconcito a la vera de Santiago.
Ciertamente, está de más recomponer el todo, el alboroto del grito y algo que simula ser grávido, pero es gaseoso.
Lo que nunca debe faltar es el misterio del silencio y su querida amante: la palabra.
Tuyo, Juan Disante
Hermana de mi corazón, este poema me ha dejado el sabor de las innombrables cosas perdidas en algun laberinto de la memoria y que tu, las traes con tu palabra- Gracias.
amelia
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