Wednesday, December 22, 2010

PESE A LA EXTENSA NOCHE





(Del Libro inédito "EL último Navegante")



Los usurpadores de señales,

Los falsificadores de cartografías,

Los propagadores de la mentira,

Ya no pueden negarnos ¡Nos hemos encontrado!


Pese a la extensa noche,

Pese a los caminos renegados,

A la rabia forastera,

A la insensatez del aborrecimiento.


Contra todo nos hemos reinventado.


Mi estandarte luce sus iniciales.

Cabalgo a su vera,

Sobre mi muslo lío su tabaco,

Mi linfa, mi saliva, mi sangre lo contienen.


Él es lúcida estrella,

Gira en mi corazón aspas de alegría.

Tensa hacia mí las bridas y sonríe en secreto;

Me proclama “Generala de la Cruz del Sur” y me lo creo.


Cae la nieve en Santa Bárbara,

Quilaco,

Rucahue,

Naufragan los Dioses del Canelo,

Se ahogan las Santísimas Araucarias ,

Anochece para siempre sobre el Alto Bio Bío.


Aún así, deben saber los tergiversadores de la historia,

Que se encontró nuestro aroma y la espuma,

Que aún frente a la extensa noche, seguimos juntos.


Juntos, aunque el olvido disperse su tacto umbrío,

Y esparza sobre la muerte sus más tristes pavesas.

Saturday, December 11, 2010

PASAJE NOCTURNO


Porque tienes la porfía
de ciertos líquenes
aferrados a las grietas.
Porque sigues asido
a la huella de una herida,
difundiendo narcoticos
sobre estigmas pretéritos.

Porque insistente
deambulas con tus aparejos:
examinas mapas nocturnos,
buscas las aguas con cautela,
indagas el monopolio de mis golfos,
inquieres el privilegio de mis ríos;
La noche cierra compuertas.

Obstinado en la orilla
esperas abordar la nave
donde sueñan mis corderos.

Friday, December 10, 2010

AROMA



Junto a los hábitos
del otoño, tu aroma.

Baja desde el castaño,
estalla en los piñones.

Se desliza de costales
acopiados en graneros.

Surge ilesa y verde
su delicia lacustre.

Vapor que arrastra
fragancia de herbolarios.

Agazapado, imborrable,
tu aroma trafica en los otoños.

Monday, December 06, 2010

EN LA JUSTA MEDIDA


¿ Qué altura tocará el árbol que me corresponde?

¿ Hasta dónde su verdecido guante?

¿ En qué lugar sus raíces tejiendo el andamiaje?


Yo distancia y lejanía, tanto trasiego en la memoria.

Desconocido enamorado sin haber oído tu pulso verde,

El latido viajándote de hoja en hoja.


Este último verano pudo haberme besado tu sombra,

Y yo indiferente, uno se sustrae en risas,

Que estallan compitiendo con los soles.


¿Eras tú aquel donde apoyé mi espalda,

Y no sentí tu abrazo reconociéndome?

Yo tan distraída por el mundo.

Árbol mío te amo,

Por la tremenda locura de elegirme. Te soltarán raíces,

Y quizás sea el tiempo satisfecho de la fruta,

O hubiese nacido en las yemas el pétalo milagro.


Amado, el sol derramará su leche en el sitio de tu sombra.

Perderás los brazos, viajarás a las manos que te abrirán el pecho.

Ciega vendré a tu encuentro, ciego vendrás a recibirme.


Que caro destino verdeamor, no haberte divisado en la pupila verbo,

Haber mordido tu semilla, palpado una arista de tu follaje,

Y saberte mío entonces nombrándote bajito.


Seremos silencio cayendo en la tierra,

Entrecruzando raíces y tobillos, confundiéndonos en otro siglo.

Luego el largo dedo del sol nos señalará una primavera,

Y ya nunca más ajenos treparemos en el bosque,

Hechos en la justa medida para amarnos infinitos.